lunes, 31 de agosto de 2015

El microscopio



El descubrimiento del microscopio señala el comienzo de la biología moderna, ya que este instrumento permitió impulsar los estudios biológicos y puso al descubierto el universo de lo diminuto. Las raíces de este logro se remontan a las civilizaciones antiguas. En las ruinas de ciudades como Ninive se hallaron lentes hechos de cristales de rocas talladas, al igual que en Pompeya y Herculano. Por otra parte, se sabe que Nerón observaba los combates de los gladiadores a través de una esmeralda tallada, y que los médicos romanos estudiaban los tejidos enfermos por medio de una bola de vidrio llena de agua para amplificar las imágenes.
Lo inventaron los holandeses Zacharias janssen y su padre Hans, en 1590, y lo popularizó el científico inglés Robert Hooke. Su libro de 1665 Micrographia, que mostraba pulgas y otros seres minúsculos ampliados a páginas enteras, inspiró a personas de toda Europa. El microscopio de Zacharias lograba aumentos de 10 X y 30 X y fue empleado para observar estructuras de insectos imperceptibles a simple vista, logrando su amplificación. Galileo Galilei, quien vivió entre 1564 y 1642, escribió trabajos de gran importancia en este campo. Construyo sus propios microscopios y los utilizo especialmente para estudiar los arreglos de las facetas de los ojos compuestos de los insectos. Hacia 1662, Marcello Malpighi pudo ver al microscopio, por primera vez, tejidos de embriones animales y vegetales; logrando ver, por ejemplo, los capilares del ala de un murciélago.

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