Teoría de la panspermia
La teoría de la panspermia es una de las más interesantes
acerca del origen de la vida en nuestro planeta. De hecho, esta teoría propone
que la vida no se originó en la Tierra, sino en cualquier otra parte del vasto
universo.
Está integrado el Sol y una serie de cuerpos que están
ligados gravitacionalmente con este astro: ocho grandes planetas (Mercurio,
Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), junto con sus
satélites, planetas menores (entre ellos, el ex-planeta Plutón) y asteroides,
los cometas, polvo y gas interestelar.
Creacionismo.
Es una doctrina filosófica que asegura que cada
cosa existente fue creada por una Inteligencia Superior. Las personas que se
adhieren a esta doctrina son llamados creacionistas.
Hace aproximadamente 50 años, nació una rama del
creacionismo llamada “Teoría del Diseño inteligente”.
El creacionismo y la teoría del diseño inteligente (ID en
Inglés por Intelligent Design), no constituyen un cuerpo homogéneo de
pensamiento. Dentro de cualquiera de las dos ideologías, encontramos una amplia
diversidad de razonamientos, las siguientes son las más importantes:
Creacionistas y/o ID de la Tierra joven: Son aquellas
personas, científicos o no, que creen que la Tierra, y en general el sistema
solar y el resto de las estrellas del Universo, fue creada por Dios en seis
días y hace no más de 10000 años, aproximadamente.
Ellos basan su cronología en el libro del Génesis (hebreo:
Bereshit) mediante la suma de las edades de los personajes bíblicos cuando
tuvieron sus primogénitos. Por ejemplo, del libro del Génesis leemos lo
siguiente:
5:3 “Y vivió Adán 130 años y engendró un hijo… y llamó a su
hijo Set.”
5:6 ”Y vivió Set 135 años y engendró a Enós.”
5:10 “Y vivió Enós 90 años y engendró a Kaimán.”
El recuento continúa, pero hasta el nacimiento de Kaimán, el
creacionismo y/o ID de la tierra joven dan una edad a la Tierra de 130 años +
135 años + 90 años = 355 años. Los proponentes del creacionismo y/o ID
completan esta suma hasta Abraham; luego recurren al registro arqueológico para
obtener el número total de años que ellos interpretan como la edad de la
Tierra. De esta manera, para los creacionistas El universo en su totalidad
tendría apenas 5770 años.
Esa edad cosmológica, evidentemente, no concuerda con la
realidad física de nuestro universo, el cual tiene una edad de aproximadamente
14 mil millones de años.
Generación espontánea.
Uno de los hombres que se cuestionó el origen de la vida fue el filósofo
griego Aristóteles, quien creía que la vida podría haber aparecido de forma
espontánea.
La hipótesis de la generación espontánea aborda la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí misma. Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un "principio activo" y que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente.
También se creyó que la basura o elementos en descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se desarrollan en la basura son larvas de insectos. La hipótesis de la generación espontánea fue aceptada durante muchos años y se hicieron investigaciones alrededor de esta teoría con el fin de comprobarla.
Uno de los científicos que realizó experimentos para comprobar esta hipótesis fue Jean Baptiste Van Helmont, quien vivió en el siglo XVII. Este médico belga realizó un experimento con el cual se podían, supuesta mente, obtener ratones y consistía en colocar una camisa sucia y granos de trigo por veintiún días, lo que daba como resultado algunos roedores. El error de este experimento fue que Van Helmont sólo consideró su resultado y no tomo en cuenta los agentes externos que pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este científico hubiese realizado un experimento controlado en donde hubiese colocado la camisa y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado podría haber sido diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron espontáneamente sino que provenían del exterior.
El fijismo como hipótesis científica no se formalizó sino hasta mediados del siglo XVIII en la obra de Carlos Linneo (1707-1778); el muy reconocido naturalista sueco, quien asentó las bases de la taxonomía moderna, desarrolló formalmente el fijismo; mantuvo que las especies se habían creado de forma separada e independiente y negó la posibilidad del origen común de los seres vivos. Hay que decir que el objetivo fundamental de Linneo era establecer la grandeza de Dios (el más poderoso) y de su creación, con lo que era consecuente.
La hipótesis de la generación espontánea aborda la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí misma. Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un "principio activo" y que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente.
También se creyó que la basura o elementos en descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se desarrollan en la basura son larvas de insectos. La hipótesis de la generación espontánea fue aceptada durante muchos años y se hicieron investigaciones alrededor de esta teoría con el fin de comprobarla.
Uno de los científicos que realizó experimentos para comprobar esta hipótesis fue Jean Baptiste Van Helmont, quien vivió en el siglo XVII. Este médico belga realizó un experimento con el cual se podían, supuesta mente, obtener ratones y consistía en colocar una camisa sucia y granos de trigo por veintiún días, lo que daba como resultado algunos roedores. El error de este experimento fue que Van Helmont sólo consideró su resultado y no tomo en cuenta los agentes externos que pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este científico hubiese realizado un experimento controlado en donde hubiese colocado la camisa y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado podría haber sido diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron espontáneamente sino que provenían del exterior.
Evolucionismo.
Con este término nos referimos fundamentalmente a la teoría
biológica según la cual las especies de seres vivos han cambiado a lo largo de
la historia y las especies actuales descienden de otras más primitivas, de las
que tenemos noticia por los restos fósiles. Esta teoría defiende la existencia
de parentescos entre las distintas especies. Aunque el evolucionismo tiene un
lejano antecedente en la filosofía de Anaximandro (s. V a. C.), es sólo a
partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando se introduce y desarrolla en la
ciencia, sustituyendo a las explicaciones fixistas. Los representantes más
destacados del evolucionismo en el siglo XIX fueron Lamark y Darwin.
Actualmente la teoría evolutiva dominante recibe el nombre de "teoría
sintética de la evolución".
Fijismo.
El fijismo como hipótesis científica no se formalizó sino hasta mediados del siglo XVIII en la obra de Carlos Linneo (1707-1778); el muy reconocido naturalista sueco, quien asentó las bases de la taxonomía moderna, desarrolló formalmente el fijismo; mantuvo que las especies se habían creado de forma separada e independiente y negó la posibilidad del origen común de los seres vivos. Hay que decir que el objetivo fundamental de Linneo era establecer la grandeza de Dios (el más poderoso) y de su creación, con lo que era consecuente.
El zoólogo y naturalista Georges Cuvier (1769-1832), impulsor
de la anatomía comparada y de la paleontología, fue otro de los científicos
ilustres que se posicionaron a favor del fijismo. Ante el incesante
descubrimiento de fósiles de especies desaparecidas, Cuvier fue el padre de la
teoría fijista conocida como catastrofismo, formulada para explicar la
diversidad de los organismos fósiles que contradecían el fijismo y algo más
creíble que otras teorías, como la de la vis plastica, que proponían los
fósiles como caprichos de la naturaleza.
En el siglo XIX se acumularon las evidencias históricas,
especialmente el hallazgo de dinosaurios, que hacían cada vez más difícil la
aceptación del fijismo. La publicación de El origen de las especies desató una
polémica que, finalmente, condujo a la aceptación del hecho de la evolución por
la gran mayoría de los naturalistas, si bien la teoría evolutiva de Darwin
tardaría más tiempo en ser definitivamente aceptada.
Caldo biológico.
El caldo primigenio, también llamado primordial, primitivo,
primario, de la vida, sopa primitiva,1 prebiótica2 o nutricia, entre otras
denominaciones, es el punto central de la hipótesis más aceptada para la
creación de la vida en nuestro planeta. El experimento se basa principalmente
en reproducir en un lugar hermético las condiciones que se dieron en la tierra
hace millones de años junto con el caldo primitivo, es decir, los elementos en
las proporciones en las que se encontraban entonces. El líquido, rico en
compuestos orgánicos, se compone de carbono, nitrógeno e hidrógeno
mayoritariamente, expuesto a rayos ultravioletas y energía eléctrica. El
resultado es que se generan unas estructuras simples de ARN, en su momento
versión primitiva del ADN, base de las criaturas vivas. Parte de este resultado
dio origen a la teoría dawkinsiana de la evolución.
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